I. LA IGLESIA DE
ÉFESO:
La iglesia
apostólica, 30-100 d.c.
[1] Los eruditos
bíblicos consideran que éfeso fue una de las iglesias más grandes y excelentes
de los tiempos del Nuevo Testamento. El apóstol Pablo la fundó al final de su
segundo viaje misionero (Hch. 18:19-20).
[2] éfeso ciudad
de Lidia, en la costa occidental de Asia Menor, a mitad de camino entre Mileto
al sur y Esmirna al norte. éfeso estaba situada en la encrucijada de caminos
comerciales naturales, sobre la arteria principal que iba de Roma
a Oriente.
A. El periodo
efesio o apostólico:
[3]La primera de
las siete cartas
se dirige a la iglesia de «éfeso». Hay por lo menos dos razones en cuanto al
porqué éfeso fue seleccionada en primer lugar: (1) Era la ciudad más importante
en el Asia Menor, tanto comercial (por su gran puerto) como políticamente (por
tener la mayor población).
Además, allí estaba el templo dedicado a la gran diosa Diana. Dicho templo era
una de las siete maravillas
del mundo antiguo; (2) era la sede principal del ministerio del apóstol Juan y
donde pasó cerca de la mitad de su vida. La iglesia de éfeso la fundó el
apóstol Pablo entre los años 50-55 d.C. En ella Pablo ministró durante más de
tres años. La carta
a la iglesia de éfeso que Cristo ordena a Juan escribir fue enviada entre 40 a
50 años después de la fundación de dicha iglesia.
En el año 431
d.C. tuvo lugar el concilio de éfeso. En aquella ocasión, los líderes de la
cristiandad se reunieron en dicha ciudad por mandato imperial para combatir la enseñanza
de Nestorio tocante a la persona
de Cristo. Nestorio era el obispo de Constantinopla.
El periodo efesio o apostólico cubre desde el día de Pentecostés (alrededor del año 30 d.C.) hasta el año 100 d.C.
El nombre de
éfeso quiere desir «deseada». Esta fue la iglesia
o la era de la iglesia más deseada de todas.
1. Una iglesia
trabajadora:
«Conozco tus
obras, tu duro trabajo
y tu perseverancia».
Cristo elogió a
esta iglesia primitiva por su fiel trabajo de servicio
cristiano. Servir a Jesucristo es trabajar. Cristo conoce y conserva todo
servicio fiel "…Y quien dé siquiera un vaso de agua
fresca a uno de estos pequeños por tratarse de uno de mis discípulos, les
aseguro que no perderá su recompensa". (Mateo 10:42).
[4]La iglesia
primitiva logró una expansión de la enseñanza
del evangelio a través del ministerio de los judíos
cristianos mayor que la que se logró desde el liderazgo
de la iglesia se tornó predominantemente gentil. Ni siquiera con todos nuestros
métodos
modernos de comunicación
y nuestros viajes
en avión podemos igualar aquel éxito
evangelizador.
Es interesante
notar que la apostasía y la indiferencia fueron características de la iglesia
de Jesucristo bajo la administración
de los gentiles,
mientras que el evangelismo fue la característica del liderazgo judío. La
verdad profética que se encuentra en Apocalipsis 7 lo resalta diciendo que la
próxima vez en la que se proclamará el evangelio alrededor del mundo será bajo
el liderazgo judío cuando los ciento cuarenta y cuatro mil testigos
judeocristianos salgan a predicar el evangelio para alcanzar a una multitud
«tan grande que nadie podía contarla» (7:9).
2. Una iglesia
separada:
«Se que no
puedes soportar a los malvados».
La palabra
griega para «iglesia» es ekklésia, que literalmente quiere desir «llamados a
salir». Una verdadera iglesia es la que está en el mundo pero no pertenece al
mundo. Una de las cosas que caracterizó a la iglesia primitiva, pero no a otras
iglesias, fue su rechazo a confraternizar con cristianos débiles.
3. Una iglesia
pura:
«Se que has
puesto a prueba a los que dicen ser apóstoles pero no lo son; y has descubierto
que son falsos».
Inmediatamente
después del día de Pentecostés, Satanás sembró cizaña en medio del trigo del
Señor. Algunas de estas cizañas se disfrazaron de apóstoles y anduvieron por
allí engañando en su inocencia a algunas de las iglesias recién nacidas, ya que
no tenían copias escritas de las escrituras.
Por supuesto,
Dios es fiel, y aquellas iglesias que lo buscaban en verdad y que ponían a
prueba a los espíritus «para ver si eran de Dios» no fueron engañadas. La
iglesia de éfeso fue una de ellas y no permitió que los falsos apóstoles la
engañaran.
4. Una iglesia
sufrida:
«Has perseverado
y sufrido por mi nombre, sin desanimarte».
La estructura
de estas palabras indica muy claro que la iglesia de éfeso era una iglesia
consecuente, sufriendo a lo largo de toda su historia en la fiel
propagación del mensaje del evangelio, sin desanimarse, sino presentando
osadamente el evangelio de Cristo.
5. Una iglesia
autónoma:
«Aborreces las
prácticas de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco».
La palabra
«nicolaítas» proviene de dos palabras griegas: niko; «conquistador,
derrocador», y laos; «la gente, los laicos». Parece que en los primeros días de
la iglesia, los seguidores de Nicolás sostenían dos puntos de vista seriamente
heréticos.
La historia de
la iglesia de Jesucristo es un ciclo continuo de iglesias autónomas que se
amalgaman en grandes convenciones, o denominaciones, o jerarquías eclesiásticas
que con el tiempo
se vuelven apostatas. A su tiempo, esto produce la separación del grupo
minoritario que procura ser fiel a las Escrituras, autónomo, dependiendo
solamente del Espíritu Santo. Ciertamente, la iglesia de éfeso y la iglesia
primitiva apostólica tuvieron éxito en oponerse a la obra de los nicolaítas,
que más tarde aceptó la iglesia de Pérgamo (Ap. 2:15).
B. La
condenación de Cristo:
«Sin embargo,
tengo en tu contra que has abandonado tu primer amor».
Habia solo una
condenación en contra de esta iglesia primitiva, pero se trataba de una muy
seria. Aunque era fiel, de forma inconsciente sucumbió en la tendencia natural
de permitir que aun la experiencia más maravillosa se convirtiera en algo
común.
C. El consejo de
Cristo:
El Cristo de las
iglesias le aconseja a la iglesia de éfeso que haga tres cosas:
1. «Recuerda de
donde has caído».
Con firmeza,
Cristo amonesta a los creyentes de éfeso que recuerden la fidelidad de los
primeros años y que hagan un inventario
de su vida espiritual.
2.
«Arrepiéntete».
Debían volverse
de su frialdad e indiferencia a una relación vital con Cristo.
3. «Vuelve a practicar las obras que hacías al
principio».
Esto completa el
consejo de Cristo y se levanta como una prueba del amor de la iglesia.
D. El desafío de
Cristo:
El desafío que
Cristo le presenta a la iglesia de éfeso se divide en dos ramas especiales:
1. «Oiga lo que el Espíritu dice».
"El que
tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias".
Esta era una
expresión del Señor Jesucristo que aparece en muchas de sus parábolas (p. ej.
Mateo 13:9). La afirmación involucra a tres clases de individuos:
a. Los que no
tienen oídos: Por supuesto, esto no se puede referir a los oídos físicos,
ya que todos los tenemos. Indiscutiblemente se refiere a aquellos que no se han
puesto a tono con el Espíritu Santo.
b. Aquellos
que son duros para oír: No todos los cristianos nacidos de nuevo están
dispuestos a oír al Espíritu de Dios cuando les habla. El Espíritu Santo les
recrimina a los hebreos que eran "lentos para aprender".
c. Aquellos
cristianos dispuestos en el espíritu y deseosos de escuchar lo que el Espíritu
les dice a las iglesias (Santiago 1:22).
2. «Vida eterna
para los que salgan vencedores».
"Al que
salga vencedor le daré derecho a comer del árbol de la vida, que está en el
paraíso de Dios". El árbol de la vida, del que podrán comer aquellos que
salgan vencedores, es, sin lugar a dudas, el árbol que se les prohibió a Adán y
Eva luego de pecar. Solo los vencedores comerán del árbol de la vida. ¿Quién es
un vencedor? 1 de Juan 5:4-5 nos da la respuesta «Porque todo el que ha nacido
de Dios vence al mundo. Esta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe.
¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de
Dios?».